La niñez es una etapa extraordinaria de la vida en la que el cerebro experimenta cambios fenomenales: crece, se desarrolla y pasa por periodos sensibles para algunos aprendizajes, por lo que requiere de un entorno con experiencias significativas, estímulos multisensoriales y recursos físicos adecuados; pero, principalmente, necesita de un entorno potenciado por el cuidado, la responsabilidad y el afecto de adultos comprometidos.
La implicación y referente de esos adultos y la calidad de las experiencias que viven en su entorno pueden dejar huellas indelebles en diferentes aspectos de su vida adulta.
Las investigaciones también han demostrado que la práctica de determinadas habilidades puede modificar el cableado del cerebro, haciendo que nuevas conexiones sinápticas se establezcan o se refuercen las existentes.
Una de esas habilidades es el aprendizaje y uso de una segunda lengua. Las conexiones sinápticas que aprender otro idioma forma en el cerebro hacen que este literalmente aumente su tamaño en ciertas zonas, algo perceptíble en las resonancias magnéticas. Pero ¿por qué es esto beneficioso para su cerebro?
Varios estudios han probado que quienes aprenden una segunda lengua en la niñez, prolongan el buen funcionamiento cognitivo en la edad adulta, es decir, tienen una mejor capacidad de atención y concentración que quienes solo hablan un idioma. Y no solo eso, sino que el envejecimiento del cerebro se ralentiza y, en caso de desarrollar alzheimer, los efectos tardan entre 4 y 5 años más en aparecer.
La implicación y referente de esos adultos y la calidad de las experiencias que viven en su entorno pueden dejar huellas indelebles en diferentes aspectos de su vida adulta.
Las investigaciones también han demostrado que la práctica de determinadas habilidades puede modificar el cableado del cerebro, haciendo que nuevas conexiones sinápticas se establezcan o se refuercen las existentes.
Una de esas habilidades es el aprendizaje y uso de una segunda lengua. Las conexiones sinápticas que aprender otro idioma forma en el cerebro hacen que este literalmente aumente su tamaño en ciertas zonas, algo perceptíble en las resonancias magnéticas. Pero ¿por qué es esto beneficioso para su cerebro?
Varios estudios han probado que quienes aprenden una segunda lengua en la niñez, prolongan el buen funcionamiento cognitivo en la edad adulta, es decir, tienen una mejor capacidad de atención y concentración que quienes solo hablan un idioma. Y no solo eso, sino que el envejecimiento del cerebro se ralentiza y, en caso de desarrollar alzheimer, los efectos tardan entre 4 y 5 años más en aparecer.