Niños de 3 a 5 años
Al inculcar un idioma extranjero, la edad es muy importante. El cerebro pasa por grandes transformaciones durante el ciclo vital –en especial en la etapa prenatal y en la primera infancia– y su crecimiento y desarrollo son el resultado de la interacción armoniosa entre genética y experiencias del entorno.
Aunque cada niño y niña nace con un cerebro programado genéticamente para sacar del entorno toda la información que necesita para desarrollarse, las experiencias vividas en la primera infancia, o la privación de las mismas, van a matizar el proceso de desarrollo cerebral. Esto es porque en esta etapa se pueden identificar “periodos sensibles” para determinados aprendizajes, como es el caso del lenguaje.
Los más pequeños aprenden a la vez que juegan, se divierten, cantan, expanden su creatividad y se relacionan con otros niños. Ellos reciben el nuevo idioma de la misma forma que lo hacen con su lengua materna. Para ellos, las palabras del nuevo idioma son asociadas directamente a su significado o aspecto físico, sin pasar por su lengua materna. La gramática es para ellos un concepto desconocido; simplemente dicen las cosas de la misma forma que se la escucharon decir a otro en el mismo contexto.
Ellos forman vínculos con un idioma cuando lo asocian a una situación agradable. Para ello, nuestro programa hará que su gusto por el idioma aumente, proporcionándoles experiencias enriquecedoras que les permitan entrar en contacto con variados contextos y el lenguaje que necesitan para comunicarse en ellos. De esta forma, usar el nuevo idioma será para ellos algo de lo más normal, y según avanzan, irán perfeccionándolo de forma natural.
Al inculcar un idioma extranjero, la edad es muy importante. El cerebro pasa por grandes transformaciones durante el ciclo vital –en especial en la etapa prenatal y en la primera infancia– y su crecimiento y desarrollo son el resultado de la interacción armoniosa entre genética y experiencias del entorno.
Aunque cada niño y niña nace con un cerebro programado genéticamente para sacar del entorno toda la información que necesita para desarrollarse, las experiencias vividas en la primera infancia, o la privación de las mismas, van a matizar el proceso de desarrollo cerebral. Esto es porque en esta etapa se pueden identificar “periodos sensibles” para determinados aprendizajes, como es el caso del lenguaje.
Los más pequeños aprenden a la vez que juegan, se divierten, cantan, expanden su creatividad y se relacionan con otros niños. Ellos reciben el nuevo idioma de la misma forma que lo hacen con su lengua materna. Para ellos, las palabras del nuevo idioma son asociadas directamente a su significado o aspecto físico, sin pasar por su lengua materna. La gramática es para ellos un concepto desconocido; simplemente dicen las cosas de la misma forma que se la escucharon decir a otro en el mismo contexto.
Ellos forman vínculos con un idioma cuando lo asocian a una situación agradable. Para ello, nuestro programa hará que su gusto por el idioma aumente, proporcionándoles experiencias enriquecedoras que les permitan entrar en contacto con variados contextos y el lenguaje que necesitan para comunicarse en ellos. De esta forma, usar el nuevo idioma será para ellos algo de lo más normal, y según avanzan, irán perfeccionándolo de forma natural.